En los últimos años, la industria de la carne de origen vegetal enfrenta una notable crisis en sus ventas. Según un reciente informe del Good Food Institute, una organización de apoyo a las proteínas alternativas, las ventas de carne y mariscos de origen vegetal en Estados Unidos han caído un 13 % en los últimos dos años.
Durante los primeros meses de la pandemia, la industria experimentó un auge significativo debido a la interrupción de las cadenas de suministro de carne convencional y el interés de los consumidores por probar alternativas vegetales.
De boom a declive
De esta forma, entre 2018 y 2021, las ventas de alimentos de origen vegetal en Estados Unidos crecieron de 4.800 millones de dólares a 7.400 millones, impulsadas principalmente por la carne a base de plantas.
Sin embargo, el entusiasmo por estos productos parece estar disminuyendo y uno de los principales desafíos es el precio.
En Estados Unidos, las carnes a base de plantas son, en promedio, un 77 % más caras que sus equivalentes de origen animal, y en el caso de carnes más económicas como el pollo, esta diferencia supera el 150 %.
Además, muchos consumidores siguen encontrando insatisfactorios los productos vegetales en términos de sabor, textura y precio.
A pesar del revuelo alrededor de las alternativas a la carne, la leche de origen vegetal sigue siendo la más vendida entre los alimentos derivados de las plantas. Las bebidas de soja, avena y almendras representan casi el 15 % de las ventas totales de alimentos de origen vegetal en Estados Unidos, mientras que la carne y mariscos vegetales apenas alcanzan el 1 %.
Estrategias para recuperar el mercado
Para enfrentar esta situación, algunas empresas están empleando nuevas estrategias con la idea de relanzar las ventas. De esta forma, Impossible Foods ha lanzado productos con texturas más carnosas que se asemejen en mayor medida a la que poseen los productos cárnicos de origen animal.
Beyond Meat, por su parte, presentó en febrero una versión de cuarta generación de sus hamburguesas y carne picada, calificándolas como sus «productos más carnosos y jugosos hasta la fecha».
Otro de los factores que están afectando a este tipo de productos es la mayor conciencia social por evitar el consumo de alimentos ultraprocesados. Esto ha llevado a empresas del sector a intentar reducir el número de ingredientes en sus productos, aunque siguen siendo alimentos con una carga de aditivos muy por encima de la que posee cualquier producto de origen animal.
Rechazo político
Paralelamente a estos desafíos comerciales, la industria de la carne de origen vegetal también enfrenta un creciente rechazo político y cultural debido a que ya son siete los estados norteamericanos gobernados por republicanos que están luchando por prohibir la producción y el consumo de ‘carnes alternativas de base vegetal’, incluyendo productos como el atún y el cerdo fabricados en laboratorios a partir de células de origen animal.
Este movimiento es liderado por figuras como el gobernador de Florida, Ron De Santis, y se enmarca en una ‘batalla cultural’ promovida por la visión conservadora de Donald Trump.